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Pepe Guindi, El más grande de los Sibaritas Mexicanos

Hoy les escribo un artículo muy personal, sobre un hombre que por muchos años fue como un padre para mi, Don José Guindi, gran personaje de ese México que todos hubiéramos querido vivir y que solo algunos tuvieron el privilegio de hacerlo, un loco adorable e incansable viajero.

Hombre bajito y ya muy entrado en años, que llamaba la atención de la gente de una manera extraordinaria, su personalidad y su ángel eran sin igual, sabio que a sus mas de 80, nunca perdió la mirada traviesa, la chispa y el ansia por vivir.

Lo conocí hace mas de 10 años en una exposición de la Pintora Cristina Ruiz, sentado con un blazer impecable con el escudo de la familia y un aire casi real, rodeado de chamacas como el nos llamaba a todas las mujeres de menos de 40. me mando llamar para que le platicara sobre la artista que yo representaba y nos pusimos a platicar, los interrogatorios de Guindi eran sensacionales, como buen niño viejo vivía en la curiosidad, preguntaba todo, desde en que trabajabas, tu árbol genealógico completo, el por que de tu vida, el dónde, el cómo, el cuando y el por que, una vez con mi pedigree en mano y sabiendo todo lo que tenia que saber de mi, que seguramente recheco 4 veces en llamadas a las 7 de la mañana a nuestro amigo en común Enrique Castillo-Pesado y a cuanta gente me conocía, me invito a comer para proponerme un proyecto que me llevaría a conocer su mundo y vivir su vida, escribir su biografía.

Tenía mucha curiosidad por escribir su historia, por que las vidas de los demás le parecían generalmente aburridas y es que en esa historia que escribiríamos juntos había el anecdotario mas maravilloso que yo había escuchado.

Pepe era un ávido lector pero no escribía mas que cheques, sin embargo llevaba siempre unas libretitas donde anotaba frases y cualquier cosa que le parecía chusca o digna de ser recordada, ahora yo vivo con mi libretita de anotar la vida también, ambos amábamos la poesía, le encantaba Paul Elouard, y recitaba de memoria cientos de poemas, el buen vino (tenía una cava maravillosa en su casa de Lomas Altas, de donde sacamos tesoros de Rotschild 3 veces a la semana, si no es que cuatro) comió en los mejores restaurantes del mundo todos los días de su vida, detestaba quedarse en casa y le hacías el día si le llamabas y le decías invitame a comer; de inmediato sacaba su Bentley convertible, que admirablemente manejaba él, nunca le conocí un chofer; escribía su vida todos los días en las memorias de los demás contando anécdotas y decidió darme el privilegio de que fuera yo quien escribiera todo aquello que el me contaba.

Como un homenaje les adelanto un poquito de esta biografía, Nació en Alepho Siria, en un año que me reservo por que nunca me hubiera permitido divulgarlo, emigro con su numerosa familia a México a la edad de 4 años, donde termino viviendo en una modesta casa en el centro de la ciudad de donde salió todo el imperio de Guindex, de chico junto con sus hermanos mayores se llevaba las telas que hacia su papá y las vendía en la lagunilla, el Pepito de entonces era un niñito minúsculo que apendió que su edad y su tamaño le ayudaban a despertar los sentimientos paternales de la gente, se enfundaba en un batón chino y se paraba sobre cajas de cerveza para llamar la atención y gritaba como merolico hasta que vendía todas las telas, siempre antes que sus hermanos, por que era desde entonces, el mejor vendedor del centro; después con el dinero que ganaba se metía a todas las funciones del cine y soñaba con ser uno de esos personajes que viajaban por todo el mundo y conquistaban a las mujeres mas hermosas, creo que de verdad realizó sus sueños

Los negocios de la familia Guindi prosperaron, y aún cuando logro amasar una verdadera fortuna, nunca estuvo contento con dedicarse a vender telas, siempre inquieto, viajó por primera vez de joven a Nueva York y decidió escaparse, subirse a un barco y visitar Europa, el continente le encantó, con su ojo comerciante comenzó a idear negocios de importaciones y exportaciones, trajo de todo, piedras preciosas, novedades, brocados, todo lo que se le ocurrió.

Llegó el punto donde Pepe ya con su propia fortuna y familia, casado y con sus tres preciosas hijas Margie, Karen y Gogó, decidió apoyar a su amigo Jacobo (Zabludovsky) para que tuviera su primer programa de televisión, 24 horas no empezó como un programa diario, sino como un programa de revista que salía al aire los domingos, donde Jacobo daba capsulas noticiosas y entrevistas, este programa floreció y Pepe pacto con Emilio Azcárraga que le vendiera una hora de espacio de lunes a viernes para que junto con Jacobo pudiera producir un noticiero, 24 horas, se dice que Pepe llegó con un cheque en blanco que don Emilio después de mucho discutir lleno con muchos ceros y del que se arrepintió hasta el cansancio, por que el éxito fue inmediato, Pepe logró los mejores contratos con los anunciantes, que pagaban toneladas de dinero por aparecer en la hora del noticiero; Jacobo se convirtió en el gran Don de la noticia en este país y ambos adquirieron poder e influencia.

Tengo Muchísimas anécdotas escritas sobre 24 horas y de la productora de Guindi “Nivel Ejecutivo” baste platicar que un día en una de las muchísimas parrandas que se corría Guindi con toreros y cantantes españoles, le presentaron y cito textual -“A un españolillo guapito que cantaba bajito con su guitarra en mano, sencillito y pobretón, que apenas se empezaba a dar a conocer en España, en México no lo conocía nadie, pero que tenía mucho carisma” - llamó al noticiero y le pidió a Jacobo que lo entrevistara, Jacobo se rehusó por que era un don nadie, pero Pepe se empeño y llevo al guapito a la televisora, a medio noticiero se apareció con el muchacho y básicamente se lo impuso al comunicador, Jacobo nada contento y en un programa en vivo le pregunto –¿Y usted cómo se llama?- -Julio Iglesias- le respondió -¿Y que sabe usted hacer Sr. Iglesias? Preguntó Jacobo –Pues Cantar- respondió Julio; pues Cante usted le dijo Jacobo y le cedió el micrófono enfadado, aquello fue tal éxito que se bloquearon todas las líneas de Televicentro con mujeres histéricas que desde ese momento murieron por Julio, hicieron una estrella en 5 minutos y como él a tantos otros.

En la cúspide de su fama y su poder Pepe decidió junto con dos de sus mejores amigos, Don Alejo Peralta el multimillonario dueño de las industrias IUSA y Don Mario Moreno, “Cantinflas”, formar un grupo de empresarios, políticos, artistas y hombres importantes que tuviera influencia en todas las esferas del quehacer de nuestro país, así nació el “Grupo Amigo” que se reunía una vez al mes en comidas en casa de alguno de sus selectos miembros, entre ellos Carlos Hank González, Ramón Aguirre, por supuesto los 3 organizadores, Cesar Balsa, Miguel Alemán Velasco, el empresario textil Anuar Name, Roberto Gonzalez Barrera “El Maseco”, Juan Francisco Ealy Ortiz, Emilio Gamboa Patrón, Antonio Chedraui, Lucho Gatica y muchos otros figurones de la época, poderoso grupo que cabildeaba sobre las cuestiones en voga y que sin duda escribió mucho del destino de este país.

Pero no solo en México era un personaje reconocido el Doctor Guindi, quien recibió varios doctorados Honoris Causa alrededor del mundo; Viajo hasta que se cansó y en sus viajes conoció a los hombres mas importantes del planeta, su amigo íntimo Mohamed Al Fayed, dueño de la tienda Harrods de Londres, padre del célebre Dodi que murió en el accidente con Lady Di y propietario también del Ritz de París donde fue nuestro anfitrión y tuve la oportunidad de pasar unas magnificas horas en los recuerdos de las fiestas y los viajes de estos dos grandes hombres, lo llevó por todo oriente, no que no lo conociera ya, pues Guindi dedicó unos buenos años de su vida a viajar con su gran amigo y en muchas ocasiones representado Julio Iglesias justo en la cúspide de su carrera por los años ochenta, cuando Julio era reconocido en todo el mundo y lo recibían reyes y autoridades en todos los lugares que pisaba, Pepe bromeando decia que iba con Julio únicamente para recoger algunas de los cientos de mujeres que aquel iba dejando a su paso; lo cierto es que era memorable el buen humor de Pepe Guindi, quien a media reunión sacaba los bongos y tocaba desenfrenado, bailaba tango, flamenco, contaba chistes, recitaba poemas y era el alma de la fiesta.

Con él, viaje infinidad de veces a Los Angeles, donde nos poníamos a trabajar un par de horas al día en su biografía y el resto del tiempo a vivir su mundo y conocer a sus amigos; Pepe era uno de esos reyes latinos de Beverly Hills, que llegaba a los restaurantes de moda y lo reconocían desde que se bajaba del auto, la mejor comida y los mejores vinos, eran del diario, pero siempre, empezábamos la tarde con un buen martíni con aceitunas portuguesas, sus preferidas o en el restaurante de su gran amigo Robert de Niro, con quien también comimos una vez, o en el Spago´s del chef Wolfgang Puck que se desvivía por atendernos cuando estaba en Los Angeles, o los martini´s con su tocayo Pepe el legendario barman mexicano del Hotel Beverly Wilshire, donde una tarde nos encontramos a su buen amigo Roberto Gonzalez B. con una comitiva de ejecutivos y Pepe termino poniéndoles a todos una fiesta de historia, pero eso si antes de las 9:00 pm que empezaba en la televisión Wheel of fortune su programa favorito.

Con el los viajes siempre salían de improviso, un día me llamó en la tarde para preguntarme si quería ir a un concierto de su amigo Andrea Boccelli, le dije que si, y termine con pasaporte en mano subiéndome en un avión privado en el que volamos a las Vegas únicamente al concierto y a cenar con otro de sus mejores amigos Sirio Maccioni el propietario de Le Cirque a quien por cierto acompañamos también a Nueva York en el aniversario de su restaurante y con quien tuvimos gratas tardes en Le Cirque México acompañados de Jacobo Zabludovsky, el Sr. Ealy y muchos amigos mas.

Pepe fue un gran hombre, culto, simpático, gentil y dadivoso con sus amigos, un adorado hombre al que sin duda extrañaremos muchos con todo el corazón

Descanse en paz Doctor Guindi